El Pitch

¿Un sector privado para hombres blancos?

October 24, 2023 Katia Sánchez Martínez
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¿Un sector privado para hombres blancos?
Oct 24, 2023
Katia Sánchez Martínez

Cada vez es más frecuente en Cuba encontrarse ofertas de empleo, carteles y promociones con evidentes sesgos de género y poco diversos, en especial en el sector privado. 


En ese mismo camino, nos encontramos con negocios y emprendimientos que son abanderados de las causas solo cuando estas son tendencias en redes sociales o utilizan a las comunidades víctimas de discriminación para hacer pinkwashing. A esto le sumamos que la figura representativa del emprendedor es, por lo general, la del hombre blanco. 


¿De dónde provienen estas visiones? ¿Cómo identificarlas? ¿Por qué es esa y no otra la imagen que representa al sector privado cubano? Sobre esto y un poco más conversamos en este episodio con Laura Vargas, diseñadora y directora creativa en la revista Subalternas.

Laura, interesada en el activismo desde una perspectiva antirracista, afrotransfeminista y decolonial nos ayuda a comprender los retos y posibilidades para alcanzar una representatividad social diversa en los espacios comunicativos y de emprendimiento.


Highlights del episodio

07:56  Sexismo y racismo en las ofertas de empleo

11:35  Regulaciones respecto a la discriminación

17:20 El abanderamiento de género como moda en los negocios

22:21 ¿Cómo reconocer si la comunicación sobre género y diversidad es genuina?

23:17 Interseccionalidad y emprendimientos

26:03   Sección El Pitch de Negocios: Tilán

28:25 Riesgos al hablar de género, diversidad y feminicidios

31:44  El edadismo como forma de discriminación

33:57 ¿Hasta dónde llega el verdadero empoderamiento?

38:00 Claves para enrumbar el emprendimiento cubano hacia el respeto a lo diverso


Si quieres apoyar a nuestro podcast con una donación, te dejamos el link debajo. Gracias por tu contribución. 



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Show Notes Transcript

Cada vez es más frecuente en Cuba encontrarse ofertas de empleo, carteles y promociones con evidentes sesgos de género y poco diversos, en especial en el sector privado. 


En ese mismo camino, nos encontramos con negocios y emprendimientos que son abanderados de las causas solo cuando estas son tendencias en redes sociales o utilizan a las comunidades víctimas de discriminación para hacer pinkwashing. A esto le sumamos que la figura representativa del emprendedor es, por lo general, la del hombre blanco. 


¿De dónde provienen estas visiones? ¿Cómo identificarlas? ¿Por qué es esa y no otra la imagen que representa al sector privado cubano? Sobre esto y un poco más conversamos en este episodio con Laura Vargas, diseñadora y directora creativa en la revista Subalternas.

Laura, interesada en el activismo desde una perspectiva antirracista, afrotransfeminista y decolonial nos ayuda a comprender los retos y posibilidades para alcanzar una representatividad social diversa en los espacios comunicativos y de emprendimiento.


Highlights del episodio

07:56  Sexismo y racismo en las ofertas de empleo

11:35  Regulaciones respecto a la discriminación

17:20 El abanderamiento de género como moda en los negocios

22:21 ¿Cómo reconocer si la comunicación sobre género y diversidad es genuina?

23:17 Interseccionalidad y emprendimientos

26:03   Sección El Pitch de Negocios: Tilán

28:25 Riesgos al hablar de género, diversidad y feminicidios

31:44  El edadismo como forma de discriminación

33:57 ¿Hasta dónde llega el verdadero empoderamiento?

38:00 Claves para enrumbar el emprendimiento cubano hacia el respeto a lo diverso


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 KATIA: Estás escuchando el podcast ¿Qué necesitas para conocer todo sobre negocios en Cuba?  ¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿Cómo se comunican? Y también, ¿de qué maneras puedes tú colaborar y ser parte del ecosistema emprendedor cubano? Descubre aquí su diversidad, buenas o no tan buenas prácticas, sus límites, retos y oportunidades.  Tercera temporada del podcast que comunica el emprendimiento cubano. Y que te ayudará si quieres conocer el sector, emprender o triunfar en él. Esto se llama, por supuesto, El Pitch. 

KATIA: Hoy vamos a hablar en El Pitch sobre género y diversidad en el sector privado cubano. Un tema que se está tratando mucho últimamente, sobre todo por carteles discriminatorios,  publicidad o contenidos en redes sociales que tienen sesgos de género y que corren, se comparten normalmente en la sociedad cubana y digamos que no hay regulaciones o nada sucede al respecto. Creo también que hay un tema de conciencia social y por eso el tema de género,  de diversidad, es tan importante hablarlo. Para hablar sobre eso tengo a una persona que, primero, sabe mucho de contenidos, de comunicación, de publicidad  y, segundo, trabaja en los temas de género y de diversidad desde el activismo que muchas veces es arriesgado. Además trabaja en el sector privado independiente cubano por lo cual creo que es una persona que puede darnos una panorámica  y un punto de vista bastante interesante con respecto a estos temas en el sector privado.  Bienvenida Laura Vargas a El Pitch. 

 

LAURA: Buenas, mi nombre es Laura Vargas, tengo 29 años. Soy graduada de Gestión y Preservación del Patrimonio Histórico Cultural.  Nada tiene que ver con nada de lo que hago, pero bien, aquí estamos.  Soy la directora creativa de la Revista Subalterna, recién fundada en marzo de 2023, con una perspectiva antirracista, afrotransfeminista y decolonial.  Es una revista que surgió para tratar precisamente estos temas que se quedan fuera de la llamada interseccionalidad. También soy diseñadora y por eso mi papel de directora creativa,  independientemente de que he trabajado en todos los temas de comunicación y del sector de la producción de audiovisuales. 

KATIA: Gracias Laura. Yo quiero comenzar aclarando que cuando hablamos del tema Género y Diversidad, nos referimos a oportunidades, recursos, derechos, protecciones que garanticen niveles de equidad entre personas con diferentes identidades y expresiones de género, orientaciones sexuales, etnicidad, capacidad, cultura y cosmovisiones. Es decir, si nosotras asumimos que el emprendimiento cubano es diverso, heterogéneo,  lo que no queda claro es por qué ese ecosistema privado, digamos en reuniones o en espacios conjuntos, está conformado en su mayoría por hombres, por personas blancas. Pero también podemos cuestionarnos por qué lo que se comunica ahí, dígase imágenes, publicidad y contenido, tiene ese sesgo de género, contribuye a reproducir estereotipos, omite, excluye a diferentes personas, por ejemplo, racializadas  y otras interseccionalidades. 

Entonces, sobre estos temas quiero conversar contigo.  Yo creo que hay varios niveles sobre lo que está ocurriendo ahora mismo en el emprendimiento en Cuba. ¿Cómo tú lo describirías de manera general? 

LAURA: A ver, el emprendimiento en Cuba está siendo totalmente capitalista y neoliberal, por decirlo de alguna manera.  Estamos en un punto en que estamos descubriendo el agua tibia,  lo que está cubierto en todas partes del mundo, por supuesto en Cuba llega tarde por todo lo que sabemos del acceso a Internet, el acceso a otro tipo de información que hasta 2016 más o menos no teníamos. Por supuesto han pasado cinco años, algo hemos tenido que aprender, pero como Latinoamérica al fin estamos aprendiendo todo lo que viene de Europa, de Estados Unidos y no estamos mirando hacia adentro,  hacia nuestro sector al que pertenecemos realmente,  que es Latinoamérica y el Caribe donde las condiciones del capitalismo, del socialismo incluso, o lo que queramos llamar socialismo, son diferentes, ¿no? 

No podemos emprender o ver nuestro negocio desde una mirada eurocentrista cuando en realidad esa no es nuestra visión, no es nuestro panorama,  no es lo que estamos viviendo realmente. 

KATIA: A ver, a mí se me ocurren ahora dos cosas, ambas muy recientes. La primera: esas ofertas de trabajo con carácter sexista, que son racistas muchas veces, y piden, por ejemplo, mujeres de 18 a 35 años, con esta “buena presencia” que enmascara muchísimas cosas, sin hijos… Este tipo de cosas que no son muy visibles, pero que implican un proceso de reclutamiento detrás que nadie está auditando,  que nadie está viendo si en efecto está siendo de manera diversa. Y yo creo que eso es algo que está ahora mismo bastante caliente. 

La segunda es la reunión que hubo de empresarios privados en Miami.  Fueron alrededor de 70 empresarios cubanos a Estados Unidos a reunirse con otros tantos empresarios cubanos, y hablo en masculino con toda la certeza porque la mayoría de las personas de ahí eran hombres blancos. O sea, ¿cómo podemos como sociedad salirnos de esos marcos?  Porque yo creo que estamos yendo cada vez más hacia ahí, y mucha gente no lo nota, o no lo advierte, o no se da cuenta que en efecto eso está ocurriendo y que eso no está bien.  

LAURA: Hay un problema que es, digamos, político y social.  Nosotros estamos descubriendo, como te decía, el agua tibia,  y viendo referentes de Estados Unidos porque es donde mayor cantidad de migrantes cubanos hay. Por supuesto nos llega esa información,  y ahora Europa, que también está teniendo una cantidad de migrantes cubanos  porque todos sabemos cómo está siendo la situación de la migración en Cuba. 

Entonces, nosotros estamos viendo lo blanco, lo cis, la clase media alta como referente. Cuando vamos a hacer cualquier campaña de comunicación, lo que mostramos es lo que el público quiere ver.  O sea, viéndolo desde el lado sexista, si queremos promocionar algo sexual, vamos a utilizar una mujer, pero vamos a utilizar a una mujer con los estándares de belleza,  joven. Usamos ese referente. 

Nunca vas a ver a una mujer negra, y si la vemos, es una mujer negra, que no es la negra más oscura, sino la mulata que es lo que queremos vender. Es Cuba, la mulata, el tabaco, el ron y tal. Entonces, ¿quiénes establecen estas directrices? 

Pues hombres blancos de clase alta. Por tanto y demás, ¿quiénes son los que dirigen en su mayoría estos emprendimientos?  Hombres blancos de clase alta, entre los 40 y los 60 años, Ahí hay un sesgo machista, con todo el sistema patriarcal que además nos afecta desde la mirada de Latinoamérica.  No es lo mismo un machismo europeo,  que ya tiene 500 años más de civilización, por decirlo de alguna manera, aunque eso suena bastante colonial. Pero nosotros estamos con 500 años de vida bajo estándares de colonización.  Siempre debemos tener presente que estamos en una región colonizada, por lo cual respondemos a esos estándares del colonizador.  

KATIA: ¿Hay alguna regulación a la que se pueda acudir cuando uno descubre un discurso discriminatorio desde el sector privado, por ejemplo, una publicidad discriminatoria? 

LAURA: A ver, existe la ley de comunicación que fue aprobada hace muy poco. Ahí se regula todo, desde el sector privado hasta el sector estatal.  Pero, ¿qué pasa? Tenemos un problema en el sector estatal.  

Yo trabajo para el sector estatal, en el ámbito de los museos y los centros de información patrimonial que resulta un espacio extremadamente elitista porque viene de la academia y es, además, un espacio extremadamente sexista.  Desde lo que yo estoy mirando adentro - que trato de cambiar, de transformar, de remover esos cimientos-, me cuesta trabajo porque estoy trabajando para un sector totalmente atrasado en pensamiento, en información, en tantas cosas que cuando las unes dices: “eso no tiene solución”. 

Entonces, en el sector estatal estamos teniendo esa mirada comunicacional y eurocentrista, porque basta ver las postales de Correos de Cuba para el Día de las Madres u otra festividad, o cualquier tweet de un mandatario de los que nos dirigen que de pronto van a felicitar a las madres cubanas y vemos dos rubias y dos niñitos con ojos verdes. La población cubana,  si bien no es negra en su mayoría, tampoco es blanca, según el censo del año 2012, si mal no recuerdo. O sea, hay un mestizaje que es un hecho. 

Entonces, existen las normas, las regulaciones,  pero todos sabemos que las leyes están para no cumplirlas. 

KATIA: Yo creo que, de hecho, cuando se ha retirado algún anuncio o algo así, ha sido porque la gente sale a denunciar.  

LAURA: Sí, ha sido presión social. 

KATIA: Exactamente, ha sido porque la gente en general, sobre todo en las redes sociales, plataformas que definitivamente han abierto una puerta de comunicación y expresión antes bastante cerrada, se ha puesto de acuerdo y ha denunciado. Entonces, la presión de esa denuncia hace que los contenidos sean retirados o que se pidan disculpas. De hecho, siempre es como “la gente que se puede sentir afectada”, muy solapado que tiene el efecto que uno espera que se tenga. Igual, la gran mayoría de contenidos con esos sesgos pasan inadvertidos, al menos desde mi perspectiva. Y con respecto a eso, no sé si te has dado cuenta, tú que tienes justamente que ilustrar y que crear contenido visual, hay una realidad que escapa a lo que es nacional  y es que cuando tú entras en plataformas de diseño, de creación visual, casi todas las ilustraciones, los emojis, íconos se corresponden con este pensamiento eurocentrista. Para aterrizar esto, cuando buscamos en una plataforma como Canva, que es accesible a cualquier persona que tenga que trabajar en redes sociales y tenga que diseñar un tema sobre negocios, encontramos el típico hombre blanco, corbata, traje, el apretón de manos entre dos personas que son, claramente hombres. Entonces hay que ser capaz de pensar por adelantado que esto es lo que me van a traer estas plataformas, que esto es lo que me van a devolver estas herramientas para cambiarlo. Si lo tomo tal cual, o sea, si no pienso críticamente lo que me devuelve la plataforma voy a tener un contenido totalmente sesgado. 

LAURA: Cuando empecé a diseñar, lo primero con lo que me topé fue con una campaña que se llama “Estás en un lugar seguro” y que abordaba el tema del acoso en la sociedad cubana. Lo hice con Afrocubanas y, precisamente por hacerlo en asociación con esta revista necesitaba íconos representativos. 

En el proceso de búsqueda, si yo ponía “mujer negra” en Google me salía una sombra y no una mujer negra, o me salía una mujer blanca porque la búsqueda solo asociaba el término mujer. O sea, es un problema extremadamente estructural, los sesgos y el racismo están ahí. 

Luego si ponía mano negra pasaba lo mismo. Me devolvía una mano asociada a lo malo, digamos a lo pervertido, a lo turbio. Siempre a lo malo. Ahí hay un racismo tremendo y hay que entenderlo así. 

En Subalternas tratamos en algún momento de deconstruir algunas frases, explicar de dónde vienen. Esa sección la llevaba Melisa Cores y la función era preguntarse ¿somos conscientes de lo que realmente estamos diciendo? No, realmente es algo que hemos aprendido y debemos desaprender, desconstruirnos. Y hablar de deconstrucción no me gusta mucho porque me pregunto ¿realmente todo lo que yo estoy diciendo, deconstruyendo está bien? 

Bueno, no sé, uno no es perfecto y tampoco es que uno se deconstruya de un momento a otro. Aprendí que el racismo existe, estoy deconstruida. Es un proceso constante. 

Y así mismo pasa con todo el tema de los negocios, aterrizando un poco en lo que estamos hablando. Decimos, mi negocio se va abanderar con la comunidad LGBT. Ok, digamos que vende vasos con temática LGBT. ¿En qué le aporta eso a la comunidad LGBT?  No es que tu emprendimiento o tu negocio se convierta en un trabajo comunitario o un espacio sociocultural, ese no es el sentido porque es un emprendimiento que vende vasos. 

Pero no te abanderes con la comunidad LGBT para tener un sector al cual dirigirte y que esas personas te compren, porque ahí lo que estás haciendo es pink-washing de toda la vida. ¿Entiendes?  

KATIA: Yo te iba a preguntar justo por eso, porque yo lo veo como estructuras. Hay diferentes niveles con respecto al tema de género y diversidad en el emprendimiento cubano.  O sea, hay un nivel de emprendimientos y negocios que para nada trabajan con esos temas, ni tienen que ver con eso, ni les interesa, ni hay ningún tipo de conciencia al respecto, que era de lo que estábamos hablando al inicio, y hay otros que cada vez más los abordan más. Pero muchos de ellos lo hacen quizás como tendencia, como una moda porque está bueno hacerlo, porque recibimos fondos. Y a mí me llama la atención porque tú te has posicionado varias veces con respecto a esto, incluso en contra de muchos de estos discursos, ¿por qué? 

LAURA: Yo recuerdo que lo más polémico de este año para mí fue el 8 de marzo, ¿no? 

Llegamos al 8 de marzo y de pronto teníamos todos los emprendimientos con el Violeta y el 8M, el #8M, por supuesto, está posicionadísimo ese hashtag. El 8 de marzo, mientras yo estaba preocupada porque había un índice de feminicidios en Cuba que superaba en dos meses las cifras de años anteriores (el subregistro que se está llevando en Cuba a través de las plataformas como Yo sí te creo Cuba, Alas Tensas) veía que todo el mundo se estaba abanderado con el color violeta, el #8M, que, por supuesto, es tendencia y por tanto, las publicaciones se verán muchísimo más en redes sociales.  

Entonces, veo discursos sobre la maternidad, sobre emprender con mensajes de “Tú puedes. Si yo lo he logrado, tú también” 

KATIA: Que por cierto es un discurso del emprendimiento cubano todo el tiempo. El límite está en la mente y si tú quieres lo puedes conseguir, que no te digan que no, lo que te detienen eres tú misma, eso está ahí bastante... 

LAURA: Claro, porque lo que estamos es tratando de posicionarnos y, en vez de romper con toda la estructura, lo que queremos es igualarnos al hombre y tener la misma posición. Digamos, si el hombre pudo ser emprendedor y ha estado todo el tiempo emprendiendo y es dueño de negocio, yo voy a ser dueña de negocio y además te voy a decir que tú también puedes.  Entonces, yo no estoy rompiendo con ninguna estructura, simplemente estoy posicionándome donde hoy muchísimos hombres y no solo hombres, sino el sistema quiere que yo esté. 

En definitiva, hemos estado reclamando esto tanto tiempo que se ha convertido al final en que a las empresas les conviene darnos esas cuotas de presencia,  tanto de mujeres como de un hombre negro, una persona de la comunidad LGBT, una persona indígena, y así vamos creando esas cuotas que siguen representando el lugar donde ellos quieren que tú estés. 

Cuando las personas pobres, empobrecidas o marginalizadas te dicen que se han tenido que esforzar el doble para llegar a donde están, al final uno se pone a pensar y dice: “Ok, yo me he tenido que esforzar el doble. Estoy donde estoy, lo he logrado esforzándome, pero ¿esto es lo que yo quiero o es lo que quiere la sociedad que yo alcance como persona marginalizada y empobrecida? ¿Lo que yo quiero es tener que esforzarme el doble para estar aquí?  A lo mejor lo que yo quiero es simplemente trabajar de 8 de la mañana a 5 de la tarde, estar en una biblioteca todo el día, haciendo fichitas, porque eso es lo que me gusta de mi trabajo y no ser el súperteórico de la biblioteca, porque yo no tengo que demostrarle a nadie que yo soy el súperteórico, yo simplemente quiero hacer esto. Entonces, ¿hasta qué punto estos emprendimientos quieren que tú progreses realmente? 

KATIA: ¿Cómo tú reconoces, desde la comunicación, si un emprendimiento está trabajando temas de género y diversidad de forma genuina, si está haciendo una contribución o si es pinkwashing o algo solo por moda y porque va bien y porque es trending? 

LAURA: Lo primero que yo miro es un emprendimiento donde se supone que vamos a hablar de feminismo, digo, feminismos, -porque deberíamos ya tratarlos en plural y entender que es con s al final -porque hablamos de diferentes contextos que viven las mujeres-, y que de pronto sean cinco mujeres y las cinco sean blancas. 

¿De qué estamos hablando realmente? Son las cinco mujeres que pueden estar ahí, obviamente, porque a la mujer negra, empobrecida de Centro Habana o de la Habana vieja, tú le vienes con el discurso de: “Hermana, tú sí puedes”, y te va a decir: “¿Y qué más? ¿Y quién alimenta a mis hijos-en el caso de que tenga hijos-, quién alimenta a mi familia, cómo reparo mi casa?  

Porque hay también que entender los diferentes escenarios. Al hablar de interseccionalidad no estamos hablando de que haya un hombre negro, una mujer, una mujer trans, una persona lesbiana, lo que sea. No. No estamos hablando de la interseccionalidad ni de las cantidades de opresiones que podamos tener, esto no es una lucha por opresiones, porque yo soy una mujer blanca, clase baja media, pero soy universitaria. ¿Cuál es mi opresión? Ser blanca y pobre, pero y la que es negra, y la que es una mujer trans. Mira cuántas opresiones va sumando, entonces yo no puedo ver el mundo desde mi ventana,  porque si yo voy a aprender y hablar de feminismos, yo no puedo verlo desde mi visión. Tengo que ver todo lo que hay alrededor, de todos los escenarios posibles. De eso va la interseccionalidad, de mirar a través de todos esos escenarios. 

Entonces, yo no puedo hablar de maternidad única y exclusivamente, decir que la maternidad es el fruto de la mujer, y nosotras nacemos de ahí y… No, no podemos hablar de maternidad porque hay personas como yo, por ejemplo, a las que no nos interesa la maternidad. Hay otras mujeres que no pueden ejercer la maternidad biológica, porque también hablamos de la maternidad como algo biologicista, pero la maternidad también comprende a las personas que adoptan, las personas que tuvieron una cirugía X y le extirparon ovarios o el útero. También están las mujeres trans que no pueden gestar, pero sí pueden maternar perfectamente. 

A propósito, yo veía un cartel que era “Del útero al cabello” porque de ahí nacemos… Y yo decía: ¿qué tiene que ver el cabello? O sea, me vas a dar supuestamente una charla de cómo hidratar mi cabello, el cabello afro y tal. 

Aprovecho para hacer un paréntesis acá. También vemos que los sesgos no solo son en mujeres blancas, cuando las mujeres negras alcanzan un nivel -no todas, no voy a ser totalitaria-, digamos, de buen estatuto económico, se sesgan, evidentemente, y están viendo más allá de lo que realmente le puede importar a esa mujer negra que quiera simplemente definir sus rizos. 

Entonces, vamos a estar aquí, ahí hay que saber también lo que uno quiere vender. Si tú lo que quieres es vender un producto para definir tus rizos, ¿qué haces hablando del útero? ¿Por qué te pones a hablar del útero? ¿A quién le importa si es lo que quiero es definirme los rizos? No más. 

 

SPOT: Hola, mi nombre es Greta Tilán, soy fundadora y CEO de Tilán. Tilán es una empresa que produce aceites vegetales y derivados a partir de la flora cubana con un modelo de negocio circular.  Los principales productos de Tilán son los aceites vegetales,  tanto para fines cosméticos como alimenticios,  y con ellos damos fe de los valores de nuestra espléndida y salvaje flora cubana. Cuando diseñamos un producto desde la cosmética, por ejemplo, ponemos especial detalle en la selección de los ingredientes.  Este trabajo puede tardar meses, pero es esencial en el resultado final.  

De la misma forma, nuestros aceites comestibles los preparamos de tal manera  que los sabores y olores sean todo un explote sensorial. Y esto con la colaboración imprescindible de nuestros proveedores en su mayoría campesinos que trabajan la tierra orgánicamente. 

Creo que defender el valor de los campesinos en la soberanía alimentaria y agrícola  es demasiado importante para un país.  No importa cuán desarrollado éste sea.  Entonces, bueno, Tilán va de eso, de adentrar a todas las personas posibles a este maravilloso, maravilloso mundo de los aceites, con una producción que entrefondo busca tener un gran impacto social y medioambiental.  Nuestra aspiración es llegar a ser pioneros innovadores a nivel nacional  en la producción de aceites vegetales y derivados con un reconocimiento internacional. 

 

KATIA: Tú ahorita me hablabas de los feminicidios en Cuba y de cómo alarmantemente se han incrementado en los últimos años. Es algo de lo que se está hablando mucho desde el activismo, pero no desde el emprendimiento. O sea, lo vemos que está muy visibilizado desde espacios independientes, activistas, pero no espacios independientes económicos.  Me viene a la cabeza que cuando hablamos en algún momento de una pequeña marcha u homenaje que íbamos a hacer el 8 de marzo donde íbamos a mencionar a mujeres que fueron víctimas de feminicidio. Me invitaste tú y fuimos aproximadamente 8 personas, muy poquitas. Eso fue algo que no estuvo bien visto, que fue arriesgado, que al final trajo como amenazas o situaciones incómodas de manera política, vamos a decirlo así. 

Eso es algo que constituye una barrera tremenda a la hora de que un emprendimiento en Cuba diga voy a hablar sobre este tema. ¿Hasta qué punto puedo hablar sobre este tema sin que eso conlleve un riesgo para el negocio que he construido con tanto sacrificio y que llevo tanto tiempo tratando de levantar y de desarrollar? 

A mí eso siempre me trae un poco de contradicción. ¿Cómo verlo y hasta qué punto los emprendimientos pueden tratar estos temas sin poner en riesgo no solo a la persona que está emprendiendo, sino a todo el equipo que trabaja con esa persona y a todas las personas que son beneficiadas de sus productos o servicios? 

Estamos viendo de manera general el impacto social de cómo un negocio puede verse afectado por esto. Con lo cual, creo que es un límite claro que tiene el emprendimiento en Cuba. Me gustaría que me comentaras qué pueden hacer los emprendimientos. ¿Qué podemos hacer para que se hable de estos temas, se visibilicen, estén presentes en la sociedad? Que no sea solo el color violeta, la moda, el voy a hacer un taller para mujeres emprendedoras porque eso me da fondos. O sea, cómo se puede ir más allá, romper con esto, pero que a la misma vez no se ponga en riesgo el negocio.  

LAURA: Yo creo que es imposible hablar de estos temas sin que no se vea como amenazante al sistema donde vivimos. Todo movimiento es político, quieren romper estructuras y eso es algo que hay que concientizar. A no ser que hable de este feminismo color púrpura y todos somos amiguitos de violeta. Si vas a hablar de eso, vas a ser criticado evidentemente por personas que sí saben perfectamente lo que están hablando y lo que es el feminismo. 

Pero el feminicidio, los feminicidios que existen en Cuba,  que yo no hablaría de un incremento sino de una mayor visibilización. No puedo decir: hay un incremento cuando no hay cifras oficiales que registren, digamos, desde el 2019, que empieza el subregistro, hasta el día de hoy. Ha habido un incremento de estos subregistros por la mayor visibilización y tal.  Entonces, cuando uno va a hablar de feminismo,  tiene que hablar de los feminicidios, es fundamental.  Son víctimas de un sistema patriarcal, machista, violento, sexista y del cual el Estado, además, es cómplice. 

Por tanto, si vas a hablar de feminismo tienes que hablar de eso y saber cuáles son los riesgos,  si no, no hables de feminismo, o simplemente, créete que estás hablando y siendo transgresora. 

KATIA: Vamos a ponerlo de otra manera. ¿Qué acciones tú apoyarías que hicieran ahora mismo los negocios privados en temas de género y de diversidad?  

LAURA: Si yo fuera a hacer un emprendimiento cualquiera no enarbolaría ninguna bandera, porque sería estar yendo contra todos mis principios. Pero digamos que, como el ejemplo que te ponía ahorita de los vasos, vendo vasos. Quiero decir que mis vasos son para esas mujeres fuertes,… Yo, evidentemente, tengo que posicionarme cuando voy a hablar de esas mujeres. Pero además, si yo voy a hablar de mujeres, yo no puedo tener única y exclusivamente cuatro mujeres blancas o cuatro mujeres blancas jóvenes.  

Hay un tema que es el edadismo y que está muy presente en todas las campañas comunicacionales. Es más difícil para las personas de la tercera edad o, simplemente, mayores de 40 años o de 50,  porque quizá a los 40 no nos vemos tan mayores. Entonces, ya mayores de 50 años es como que no funciona. 

Pero, ¿y esas mujeres de 50 años, digamos las mujeres cis de 50 años, que están pasando  por un proceso extremadamente hormonal como la menopausia que también necesitan identificarse con algo que les diga “todo esto va a estar bien”. 

O esas mujeres trans que están transicionando en el momento justo en que tú lo estás vendiendo la maternidad. Entonces yo simplemente,  si voy a hacer un emprendimiento de feminismo, por supuesto, tocaría todas esas cosas. Pero si lo que voy a vender es vasos o voy a hacer fotografía, apoya el 8 de marzo y ya. O sé constante en tus reclamos y en tus luchas.  Sé constante, no me hables únicamente de lo que se vería bien  para tu feed de Instagram porque si no, no estás haciendo nada. 

KATIA: O sea, solo el 8 de Marzo. A mí también me parece interesante cuando hablas de edadismo. La población cubana está cada vez más envejecida  y seguimos poniendo personas jóvenes en todas las publicidades y en todos los contenidos. Hay un mercado gigante, para decirlo en términos del sector privado, de personas que superan esos 40, 50 años y no están en las publicidades. 

LAURA: Además, si quieres vender, esas son las personas que te van a comprar.  Los que tienen mayor de 40 años son los que tienen una vida ya realizada, posicionada, son las personas que realmente pueden darse el gusto o la vida de poder comprar.  Ese es el sector al que se le tiene que vender en Cuba, realmente, porque es el que está posicionado,  el que pasó ya la crisis de los 90, pasó la vaca gorda de los 2000 días a 2016 y se posicionó de alguna manera. La gente de 20 y pico, 30 años, no tiene dinero. 

KATIA: Claramente. Hay una última cosa que a mí me gustaría tocar contigo y es el tema del empoderamiento.  Se habla mucho de empoderamiento y lo quiero tocar porque siento que chirrias cada vez que se menciona.  

LAURA: Yo odio esa palabra. 

KATIA: Y cuando se habla de empoderamiento, por ejemplo, de empoderamiento femenino y de cómo las mujeres se empoderan, se ponen los ejemplos de las grandes emprendedoras que por lo general son las mismas caras en todas partes. Pero creo que se obvia muchísimo a las mujeres en Cuba que no tienen grandes negocios, que han querido emprender y no han podido, que sus puntos de partida están mucho más atrás que los de esas mujeres que sí han podido hacer negocios, que tienen hijos, que son madres solteras, que...  O sea, todas estas mujeres que todo el tiempo están haciendo cosas. También a esas mujeres emprendedoras que venden en la esquina y que nunca salen, nunca están en ningún taller de ninguna empresa, ni son invitadas a ninguna recepción de ninguna parte.  

Creo que cuando se habla de empoderamiento, es con un concepto excluyente desde mi perspectiva. No sé cómo lo ves tú, pero cada vez está más, incluso en todos los medios independientes, extranjeros. Está por todas partes.  

LAURA: El tema del empoderamiento es como tú decías, tal cual, es excluyente.  Es excluyente desde el punto de vista de que no los venden, obviamente.  Cuando yo hablo de empoderamiento, ¿quién me dice a mí que yo no soy una mujer que está empoderada aunque no tenga un peso en el bolsillo? 

Yo he logrado cosas profesionalmente, he logrado cosas emocionalmente en mi vida. Yo me siento empoderada no solo por el hecho de lograr ser exitosa profesionalmente y vivir de lo que yo trabajo y tal, o de lo que estudié. No, no, no. Yo me siento empoderada porque he logrado cosas.  Y es así.  O sea, el empoderamiento no va de cuán exitosa puedas ser, de cuánto dinero puedes tener, de cuánto has logrado, cuánto has recaudado en poco tiempo. 

Empoderada es la mujer que se levanta todos los días, que tiene tres chamacos, que va, los lleva para la escuela, que busca la forma, de alguna manera, de alimentar a esos niños, que además, limpia su casa, que tiene que aguantar a sus maridos, que aguanta la convivencia con una familia numerosa porque viven 300 en una casa. Eso es empoderamiento. 

Haber llegado por los privilegios que has tenido toda la vida porque has sido de clase media, con la oportunidad de estar en el lugar correcto, a la hora adecuada, y un buen día se te dio un tiro de suerte, o simplemente lo has tenido todo, toda la vida, y que me digas que tú eres una mujer empoderada. Sí, sí, yo no voy a decir que tú no eres una mujer empoderada, lo eres. Pero también lo es la otra, sin haber logrado lo que tú hiciste porque el empoderamiento está en los límites que uno se ponga.  

No me refiero a poder llegar más allá, sino a decir: “Mi empoderamiento es haberme levantado, ir al gimnasio, ir a trabajar, cocinar cuando llegue a la casa”, todas esas cosas que se minimizan porque son parte de la vida cotidiana y debemos asumir porque así nos dicta el sistema donde vivimos. Yo soy la que tiene que asumir todas esas tareas domésticas, aunque yo sea la más feminista del mundo. Yo puedo ser la más feminista del mundo y mi esposo mirarme y decirme: “pero hoy te toca cocinar, ¿sabes?”, aunque yo me haya repartido las tareas y haya logrado esa equidad en mi casa.  

Pero eso para mí es haber sido totalmente empoderada, haber logrado que mi esposo entienda que él no me ayuda, sino que él contribuye a los trabajos domésticos y lo hacemos a la par. Eso para mí es empoderarse total. 

KATIA: ¿Cómo tú ves el futuro a corto plazo con respecto a esto en el sector privado cubano?  

LAURA: Fatal, fatal.  

KATIA: ¿Cómo pudiéramos enrumbarlo un poco?  

LAURA: Yo creo que hay que ser conscientes, escuchar sobre todo. Cuando tú tienes tu proyecto, has llegado hasta ahí, piensas que lo estás haciendo súper bien y te sientes súper orgullosa de lo que has logrado hasta el momento, ves que hay gente que se complementa contigo y van juntas y, de pronto, sientes una crítica a lo que estás haciendo. Por supuesto, creo que lo primero es molestarse, porque dices: “yo he llegado hasta aquí bajo tremendo esfuerzo”. Mira, mi crítica no es a que tú hayas llegado hasta ahí, no es mi punto y nunca lo será. 

Lo que quiero es que entiendas que puedes hacerlo mejor todavía. Puedes llegar a muchísimos más públicos, a públicos que realmente necesitan de tu discurso y de lo que tú estás haciendo para ver una luz ahí, un rayito de luz al final del túnel. Pero gente que realmente te crea tu discurso, hermana, porque si no, es por gusto. Entonces, mi crítica siempre va a ir a eso. A que puedas mejorar siempre.  Primero es eso, escuchar y estudiar. Nadie nace sabiendo. Lo que yo sé a día de hoy, no ha sido porque de pronto fui la más feminista y la más antirracista y la más decolonial. No. Yo me fui interesando por cosas que de pronto me llamaron la atención porque lo veía a mi alrededor. También hay que darse un bañito de humildad y de...  

KATIA: Y que es un trabajo continuo porque ninguno de nosotros está exento de caer en sesgos de cualquier tipo. Por tanto, creo que es un trabajo continuo de cada día, de tener en cuenta los señalamientos, aterrizar las ideas y tener en cuenta otras miradas. 

LAURA: También es eso. Si te rodeas de personas iguales a ti, nunca vas a tener esa mirada diferente, a no ser que lo estudies, que te impliques con otro tipo de personas. A mí nunca se me hubiese ocurrido, siendo blanca, de ojos claros, preocuparme por el antirracismo hasta que lo viví en carne propia. No conmigo, pero sí con gente muy cercana. Y eran cosas que yo misma, en ocaciones, practicaba. Entonces, decía: “esto es terrible. Lo que hemos estado haciendo, lo que yo he estado haciendo hasta el momento es horrible”.  Me refiero a cosas tan sencillas como una frase X como “la mano negra”. Entonces, tenemos que implicarnos con otro tipo de personas porque, si no, estamos dentro de una burbuja donde creemos que todo está bien. Es muy triste que venga alguien, lo reviente de manera brusca y de pronto eche a perder todo lo que hemos logrado. Y no es así. Nunca, nunca, nunca mi posicionamiento va a ser para decir: “esto que están haciendo no sirve”. No, esto que están haciendo no está funcionando por estos argumentos. Y está en ti que lo tomes o lo dejes, lo mejores, puedas entender, acercarte. 

Yo siempre he estado abierta al diálogo con todo el mundo.  Jamás, nunca, nadie se ha acercado a mí o a alguien que haya criticado sus espacios para preguntarle qué les inquieta.  Y de eso doy fe. Nunca, nadie se ha preocupado por acercarse y preguntar “¿qué crees que pudiéramos hacer? 

KATIA: No, yo creo que es justo, si quieres hacer una campaña para el colectivo LGBT, como decías antes, con la visualidad de sus íconos, involucrarse. O sea, no hagas la campaña para ellos si tú no eres parte del colectivo y no tienes a nadie que sea parte del colectivo. Involúcralos no solo como público, sino también como personas que gestan cualquier tipo de comunicación, de producto al respecto. 

LAURA: Involúcralo no solo como cuota, sino como parte de eso que estás haciendo. ¿Qué pueden aportar realmente? No es decir: “voy a hablar sobre las lesbianas y tengo una lesbiana”. A ver, ¿y qué aporta esa lesbiana?  ¿Es simplemente por tener una lesbiana en tu equipo o porque realmente aportará algo? También, aterricemos. La cosa no es que se le dé trabajo a este sector porque sí, sino para que también tengan esa oportunidad de superarse  y de tomar decisiones porque hay gente capaz que da igual su orientación sexual, su identidad de género, pero que también tiene que ser capaz. No es solamente dar la cuota y ya. 

KATIA: Claro, y ser consciente de que hacia muchas personas existen espacios discriminatorios. Yo conversaba con una periodista hace dos semanas sobre la publicidad que CubaDebate sacó de El Gelato. El gelato es una marca para personas con alto poder adquisitivo porque tienen precios muy caros. Esta periodista me decía, yo no pudiera trabajar en el Gelato. Y hay otros espacios donde yo, como persona negra, ni me presento. Y eso es algo que uno, si no se rodea, si no lo entiende,  si no aterriza, no lo ve.  

LAURA: Y entonces son marcas que lideran el mercado cubano, eso es lo que estamos viendo. ¿Dónde está la representación? No existe, no existe. 

KATIA: Hay muchísimo por hacer. Ahorita tú mencionaste a Melissa, quien asesora casi todo lo que nosotros hacemos en temas de género y diversidad porque ella sabe sobre el tema, está muy involucrada con el asunto, trabaja o trabajaba con usted en Subalternas. Por tanto, cada vez que yo tengo dudas con respecto a eso, antes de hacerlo público, siempre la involucro, le pregunto o le digo directamente vamos a hacerlo juntas. 

Creo que eso es parte del éxito a la hora de trabajar los asuntos de género y diversidad, en general. Uno debe rodearse de personas que puedan tomar decisiones contigo para crear productos o para hacer cualquier acción interna o externa del negocio. 

LAURA: Claro. Yo misma muchas veces tengo dudas en temas de antirracismo, decolonialidad, y yo pregunto. Yo no me las sé todas ni nada por el estilo, ni tengo una maestría en género. Lo que he aprendido ha sido leyendo, consultando con otras personas, y así es como se va logrando que algo funcione realmente. No creerte que lo tienes todo ganado porque nunca es así.  Y hay que tener la humildad de decir: “yo de esto no puedo hablar porque no sé o no estoy lo suficientemente preparada. Tal vez de aquí a un año ya pueda tener esta conversación”.  

También saber los espacios que no debemos tomar como, digamos, si hablamos de feminismo, no hace nada un hombre hablando, ¿bien? No hace nada un hombre hablando porque hemos luchado por tener estas cuotas para poder hablar y esos espacios entre nosotras, y no tiene sentido.  Si se va a hablar de antirracismo, no puede estar una persona blanca hablando, liderando ese conversatorio, no. Hay que también saber ubicarse, dónde es que nos toca hablar y dónde no. 

KATIA: Buenísimo eso.  Laura, mil gracias. Me encanta que hayas estado acá con nosotros para conversar de este tema desde otra mirada. No solo desde un enfoque positivista porque es difícil sostener estas conversaciones en profundidad. Así que muchas gracias por traernos toda esta experiencia que tienes a partir de todo lo que has hecho al respecto y lo que sigues haciendo que, además, es súper admirable.  Ya sabes, eres parte de la familia,  esta es tu casa. Regresa a El Pitch cuando quieras. 

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